La falta de acceso a la salud puede quitar hasta 20 años de vida a los 1.300 millones de personas con discapacidad

– Según la OMS, que calcula que una de cada seis personas en todo el mundo, el 16%, sufre alguna discapacidad

MADRID, 02 (SERVIMEDIA)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó este viernes un informe que evidencia un mayor riesgo de muerte prematura de los 1.300 millones de personas que sufren discapacidad en comparación con otras personas de la sociedad. Pueden morir hasta dos décadas antes por falta de atención médica.

El ‘Informe mundial sobre la equidad en salud para las personas con discapacidad’ muestra, además, que personas con discapacidad tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, con hasta el doble de riesgo de padecer asma, depresión, diabetes, obesidad, enfermedades orales y accidentes cerebrovasculares.

Según la OMS, se trata de «factores evitables e injustos» y no derivan de las enfermedades que sufren las personas con discapacidad. El estudio se ha presentado en la víspera del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

La Organización destacó que «el informe muestra que la cantidad de personas con discapacidades significativas en todo el mundo ha aumentado a 1.300 millones, o una de cada seis personas», lo que supone el 16% de la población mundial, según el doctor Bente Mikkelsen, director de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.

Por ello, insistió en «lograr la participación plena y efectiva de las personas con discapacidad» en todos los aspectos de la sociedad e incorporar los principios de inclusión, accesibilidad y no discriminación en el sector de la salud.

El director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que todo ello, «es el resultado de una injusticia de nuestra sociedad, que se traduce en que estas personas con discapacidad sufren el estigma, la falta de educación o falta de cuidados médicos».

Añadió que el estudio pone de relieve lo que puede hacer el sistema sanitario: «Que los países piensen en incluir servicios para personas con parálisis cerebral o personas con problemas de espalda», que también beneficiarán a la población general. En cuanto a la pandemia por la covid, el informe recalcó que «las personas con discapacidad han estado muy marginadas».

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Como aspecto positivo, el estudio demostró que «por cada dólar invertido en inclusión sanitaria se pueden lograr 10 dólares de retorno», por lo que se está desarrollando una estrategia «para aumentar la equidad» de los servicios sanitarios.

El informe proporciona un análisis económico para adoptar un enfoque inclusivo en la discapacidad. Muestra que invertir en un sector de la salud que incluya a las personas con discapacidad es rentable. La OMS calcula que los Gobiernos podrían esperar un rendimiento de alrededor de diez dólares por cada dólar invertido en la prevención y la atención de las enfermedades no transmisibles que incluyen la discapacidad.

LO INJUSTO

El informe destaca que muchas de las diferencias en los resultados de salud entre personas con y sin discapacidad podrían deberse a actitudes negativas de los sanitarios, la accesibilidad a la información, las dificultades para acceder a un centro de salud o incluso las barreras financieras.

«Las personas con discapacidad reciben menos información sobre vida saludable. Hay factores que contribuyen a la salud, y uno de los fundamentales es la actitud del personal sanitario, que puede ser muy determinante en los resultados de salud. Tenemos el ejemplo de mujer de Senegal con discapacidad que va a dar a luz, y que en cuatro centros de salud le deniegan atención aduciendo que la discapacidad hará que el parto sea muy complicado», explicó el doctor Bente Mikkelsen.

El director general de la OMS aseguró que la Organización se compromete a «apoyar a los países con la orientación y las herramientas que necesitan para garantizar que todas las personas con discapacidad tengan acceso a servicios de salud de calidad».

Dado que aproximadamente el 80% de las personas con discapacidad viven en países de ingresos bajos y medianos donde los servicios de salud son limitados, «abordar las inequidades en salud podría ser un desafío», concluyó la OMS.