50 años del Mercedes R 107, un éxito que perdura

Por Thomas Geiger (dpa) – El legendario Mercedes SL de la serie R 107, todo un símbolo de estatus que apareció en series como «Dallas» y «Los Hart», gozó de enorme éxito tanto en su Alemania natal como entre la alta sociedad de Hollywood.

El roadster, que este año cumple medio siglo, debutó en abril de 1971 como sucesor del llamado Pagoda, de la serie W 113. Ralph Wagenknecht, portavoz de la división de Clásicos de Mercedes-Benz, señala que el SL no tenía nada en común con su predecesor: «Técnicamente muy relacionado con las series de turismos de la época, como las berlinas ‘Stroke/8’, el SL dio un gran salto con el cambio a la generación 107».

Esta nueva serie no solo presentaba avances en cuanto a diseño, sino también una nueva motorización: una de sus versiones, la 350 SL, equipaba un motor V8 que el fabricante alemán tomó prestado de su 280 SE. Sus 3,5 litros de cilindrada y, en principio, 147 kW/200 CV fueron argumentos que contribuyeron al éxito del modelo, sobre todo en Estados Unidos.

Sin embargo, no hay que dejarse cegar por la cilindrada y las prestaciones: aunque el SL fue en su día una especie de coche de carreras refinado con matrícula de carretera, el 107 es cualquier cosa menos un coche deportivo.

Claro que era lo suficientemente rápido y potente como para enfrentarse a casi todos los demás coches descapotables de la época. Sin embargo, si bien la versión 350 SL acelera de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h, el 107 siempre fue concebido como una cómoda berlina y nunca como un deportivo.

Mercedes fabricó 237.287 unidades de este SL que sigue siendo el roadster de lujo más vendido del mundo. Si se observa lo difícil que es para los competidores de esta clase hacer frente a la reducción del mercado, es poco probable que este récord se tambalee en el futuro.

El hecho de que el 107 se vendiera tan bien se debe también a su larga trayectoria. Mientras que en aquel entonces las series solían ser sustituidas a más tardar después de diez años, el 107 permaneció en la gama durante 18 años. Actualizado una y otra vez, con un nuevo diseño y motores renovados, solo se retiró para dar paso a la serie 129 en 1989.

Frank Wilke, de la empresa de estudios de mercado Classic Analytics, considera que esta larga biografía es una prueba del desarrollo pionero, y opina que es una absoluta rareza que un coche se construya durante casi dos décadas, algo que en Mercedes solo ha conseguido la Clase G. «Eso solo ocurre si no hay ningún buen desarrollo en vista o si el coche fue un éxito realmente grande», asevera el experto.

Por cierto, Frank Knothe, director de la serie, se enfrentó en su momento a un reto muy particular debido a problemas que surgieron en Estados Unidos, tanto entonces como ahora el mercado más importante para el SL.

El activista y abogado estadounidense Ralph Nader, dedicado a la defensa del consumidor y conocido por sus enfrentamientos con la industria automovilística, había iniciado en aquel entonces protestas masivas contra los coches descapotables denunciando fallas de seguridad. «Así que no podíamos permitirnos el lujo de cometer errores», señala Frank Knothe, antiguo ingeniero de Mercedes.

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Por ese motivo, sus recuerdos no giran en torno a la incorporación del motor de ocho cilindros en el SL o en el confort sin precedentes de un coche descapotable, sino más bien en las medidas de seguridad consideradas durante el desarrollo del vehículo: la carrocería rígida con placas de diferentes grosores para un comportamiento definido en caso de choque, el parabrisas pegado para una mayor rigidez o el marco del parabrisas extremadamente estable que hacía superflua la barra antivuelco.

El ingeniero relata que se pensó hasta en los más mínimos detalles: las superficies de plástico del interior fueron rellenadas con espuma, y las ranuras de los faros traseros no solo tienen un aspecto atractivo, sino que estaban pensadas para evitar que el polvo se depositara y enturbiara la visibilidad.

Hoy en día, estos objetivos de seguridad autoimpuestos dan sus frutos en un sentido completamente diferente: «El 107 es de una calidad extraordinaria y mucho más duradero que muchos otros coches clásicos de su época», afirma Wilke.

Por esa razón, el roadster tiene un significado muy especial en el panorama de los coches clásicos, analiza el experto: «Entre los mejores coches clásicos para principiantes, el SL de la serie 107 figura siempre entre los diez primeros». Además, prosigue, ofrece el diseño, el ambiente y la experiencia de conducción de un clásico, pero es absolutamente adecuado para el uso diario.

«Para quienes quieran experimentar por primera vez la conducción de un coche tan antiguo, pero no deseen pasar el fin de semana en el taller, el 107 es la opción perfecta», asegura Wilke. Y como el roadster se ha vendido bien a lo largo de los años, la selección es grande y los precios son inusualmente bajos, teniendo en cuenta su edad y reputación: «Por supuesto que también hay ejemplares restaurados y rarezas que a veces se ofrecen por precios de seis dígitos. Pero por poco más de 10.000 euros se pueden encontrar vehículos perfectamente aptos para la carretera».

Wilke acota que el SL de esta generación, por otra parte, también es un coche bastante inusual en cuanto a la evolución de los precios: a diferencia de la mayoría de los coches clásicos, los más nuevos son en este caso los más caros, ya que a lo largo de los años ha habido numerosas actualizaciones del modelo con una variedad de equipamientos nuevos y motores más modernos.

Sin embargo, Wilke advierte que la inclinación hacia el 107 conlleva un riesgo, ya que la afición podría extenderse a toda la serie SL y poner también en el punto de mira al Pagoda, al 190 o incluso al 300 SL. «Y mientras que el 107 es comparativamente barato para un Mercedes clásico, los demás modelos ya son más caros», puntualiza el analista de mercado.

dpa