La salud y la higiene menstrual sigue siendo inaccesible para millones de mujeres y niñas vulnerables

MADRID, 26 (SERVIMEDIA)

Un estudio de Unicef en conjunto con la OMS alerta de que millones de mujeres y niñas de todo el mundo no tienen acceso a medidas de higiene y salud menstrual.

Según el último análisis, las limitaciones en la asistencia a la escuela, al trabajo y a las actividades sociales durante la menstruación varían según las características geográficas, socioeconómicas e individuales. Entre las razones se encuentran el miedo al estigma y la falta de acceso a productos de higiene menstrual, ambos factores comunes. Muchas niñas también desconocían lo que era el periodo antes de su primer ciclo, lo que puede afectar a su percepción y comprensión de la menstruación en sí.

De media, la falta de participación en la escuela debido a la menstruación fue mayor entre las niñas y mujeres más jóvenes: 15% de las niñas en Burkina Faso, 20% en Costa de Marfil, y el 23% en Nigeria. Asimismo, más de la mitad de las mujeres en Bangladesh y más de dos tercios en Nepal dijeron que no se involucraban en las actividades cotidianas mientras menstruaban. En Chad y la República Centroafricana, el porcentaje es una de cada tres.

De los dos países con datos nacionales, Bangladesh y Egipto, solo el 32% y el 66% de las niñas, respectivamente, sabían que tenían la menstruación antes de su primer ciclo. En Egipto, el 74% de las niñas que no lo sabían se sintieron conmocionadas, asustadas o lloraron durante la primera regla. De manera similar, en Bangladesh, el 69% sintió miedo.

USO DE PRODUCTOS MENSTRUALES

Por otro lado, el uso de productos para la menstruación y la disponibilidad de un lugar privado para lavarse y cambiarse es alto en la mayoría de los países del informe. Sin embargo, las mujeres y niñas más vulnerables continúan enfrentando grandes desafíos. La utilización de estos productos osciló entre el 81% y un uso universal en la mayoría de los países. Sin embargo, en Níger el 6% de las mujeres usaba papel; en Burkina Faso el 12% usaba solo ropa interior, y en Etiopía el 11% no usaba nada.

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Los grupos étnicos y quienes viven en situaciones de emergencia enfrentaron desafíos aún mayores, con menos acceso a productos menstruales e instalaciones básicas y más limitaciones que el resto de la población. Los datos de los campos de refugiados en ocho países muestran diferencias en los niveles de satisfacción. Casi todas las mujeres dijeron que estaban satisfechas con los productos y las instalaciones menstruales en Mozambique e Irak, en comparación con menos de la mitad de las mujeres de campos de refugiados en Camerún, Malawi y Sudán del Sur.