El aire contaminado aumenta el riesgo de muerte prematura en personas con insuficiencia cardíaca

MADRID, 28 (SERVIMEDIA)

Las personas con insuficiencia cardíaca tienen un mayor riesgo de morir en días con aire contaminado y hasta dos jornadas después.

Esa es la conclusión de una investigación presentada esta semana en Heart Failure 2023, un congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), celebrado en Praga (Chequia).

«Los hallazgos indican que la reducción de la contaminación del aire tiene el potencial de prevenir el empeoramiento de la insuficiencia cardíaca», indica Lukasz Kuzma, de la Universidad Médica de Bialystok (Polonia) y coautor del artículo.

Kuzma añade: «La protección de los grupos vulnerables, especialmente durante el invierno, debe convertirse en una parte integral de la atención clínica. Eso significa que los profesionales de la salud trabajen con los pacientes para monitorear la calidad del aire y elegir los momentos óptimos para la actividad al aire libre».

La contaminación del aire es la mayor amenaza ambiental para la salud humana, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto incluye material particulado (‎PM)2.5 y PM10, cuyas principales fuentes son las emisiones de escape de los vehículos y los gases de la industria. La contaminación del aire ambiental causó 4,2 millones de muertes prematuras en todo el mundo en 2019.

La insuficiencia cardíaca afecta a más de 64 millones de personas en todo el mundo. Los autores del estudio encontraron previamente que los aumentos en el material particulado estaban asociados con un incremento de las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca. El nuevo trabajo examinó la relación entre la exposición al smog y la mortalidad a corto plazo por insuficiencia cardíaca.

¿CÓMO SE HIZO EL ESTUDIO?

Los datos de mortalidad de las cinco ciudades principales del este de Polonia entre 2016 y 2020 se obtuvieron de la Oficina Central de Estadística y las concentraciones de PM2.5 y PM10 se recuperaron de la Inspección de Protección Ambiental de Polonia. Se utilizaron códigos postales de origen para conectar la exposición individual a la contaminación con la mortalidad.

Los investigadores utilizaron un diseño de estudio cruzado de casos estratificado en el tiempo en el que los participantes sirvieron como sus propios controles. Esto eliminó el posible efecto de confusión de las características individuales.

Quizás también te interese:  Maestros de la cirugía moderna

Para cada participante, los niveles de contaminantes en el día de la semana en que ocurrió una muerte (por ejemplo, martes) se compararon con los niveles de contaminantes en el mismo día de la semana sin muertes (por ejemplo, todos los martes restantes) en el mismo mes.

Los análisis se repitieron para los niveles de contaminación un día y dos días antes de que ocurriera una muerte. Todos los datos se ajustaron por factores que podrían influir en las relaciones, incluida la época del año, el día de la semana, las condiciones climáticas (temperatura, humedad y presión atmosférica) y las tendencias a largo plazo, como la demografía de la población.

Se registraron un total de 87.990 muertes durante los cinco años del estudio, de las cuales 7.404 se debieron a insuficiencia cardíaca. La edad media de los que fallecieron por esa causa fue de 74 años y un 49% eran mujeres.

El mayor número de muertes se presentó en invierno y el menor en verano, con promedios de 1,03 y 0,69 por día, respectivamente. Un aumento de 10 microgramos por metro cúbico en PM2.5 y PM10 se asoció con un incremento de un 10% y un 9%, respectivamente, en el riesgo de muerte por insuficiencia cardíaca en el día contaminado. Se observaron riesgos similares de morir por insuficiencia cardíaca uno y dos días después de la exposición al smog.

«Los resultados sugieren que la contaminación continúa ejerciendo efectos negativos sobre la salud del corazón durante dos días después de la exposición al smog. Los pacientes con insuficiencia cardíaca deben minimizar su tiempo en áreas contaminadas, por ejemplo, evitando actividades al aire libre en lugares con tráfico denso o cuando los niveles de contaminación son altos, y utilizando filtros de aire en el hogar. Además, los pacientes pueden abogar por políticas y acciones para mejorar la calidad del aire en sus comunidades», indica Kuzma.