La ayuda, cada vez más necesaria

brujulaBasta encender la televisión, escuchar las noticias o ver la primera página de un periódico para darse cuenta de que no se pueden ya cerrar los ojos.

Alepo, Siria, algunos países africanos, desastres naturales, Sudamérica…da igual hacia dónde echemos la mirada, hay algún lugar en el que es necesario que la comunidad internacional ponga los medios para poder paliar situaciones límites.

Lo positivo de todo esto es la visibilidad. Gracias a la hipercomunicación en la que vivimos actualmente las ONG, cuyo papel cada vez es más importante dado que no hay posibilidad de cubrir todas las necesidades mediante planes estatales, ven cómo la gente se ha decidido por apostar por su labor.

Sin lugar a dudas, la labor de las organizaciones no gubernamentales ha cambiado a lo largo de los años y, actualmente, sin ellas, las crisis humanitarias no estarían prácticamente cubiertas. Son muchos los que apuestan por colaborar activamente o bien a través de donaciones o a través del voluntariado.

Sin ir más lejos, las ONGs en España están viendo cómo la concienciación social ha sido clave durante estos años para mejorar la vida de los ciudadanos que peor lo han pasado, pero no sólo en nuestras fronteras, sino a nivel internacional.

Muchas de ellas se alían incluso con organizaciones deportivas para conseguir sacar adelante proyectos educativos, fondos o para cumplir los sueños de los más necesitados. Carreras, rallies, partidos de fútbol, torneos de tenis…todo vale para conseguir mejorar, codo a codo con los voluntarios y colaboradores, proyectos que mejoren las condiciones de vida de nuestros semejantes.

No sirve de nada quejarse, y eso es algo que los jóvenes han visto de manera clave. Hay que moverse, apostar por el cambio, tratar de mejorar el mundo en el que vivimos y eso se hace, sobre todo, gracias a la solidaridad social. Cuando antes apenas se tenía conciencia de las necesidades más allá de nuestros barrios, llegaron los incansables trabajadores de las ONG internacionales para mostrarnos cómo un gesto puede marcar la diferencia.

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